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-204- Padre, y serás hermosa como ·la luna en mi presencia. Entre tanto es preciso que sufras muchas. cosas por mi nombre, y que por muchas tri– bulaciones entres en el reino de los cielos. No desfallezcas sin embargo, ni por esto k amilanes, porque •contigo estoy en la tribula– ción; te libraré y te glorificar·é ». Ve, pues, como te digo, al lugar, que te mostraré; sé que la Señora de aquel lugar ha. de recibirte con agrado por mi nombre; que así como te conviene a tí su trato y conviven– cia, así también le conviene a ella el trato y· convivencia tuya; ·porque ella misma no puede ser perfecta sin tí, ni conservarse sola mucho · tiempo. Levántate, oh pobreza, amada mía, amígi'l mía, y ve. Pero me dirás: Señor, ¿a dónde iré? ¿y cómo podré saber el camino? Por mí, te digo, pasarás, y luego hallarás su habitación, pues yo soy el camino. ¿Y cuál es el nombre, insistes de esa santa· sierva tuya, de la cual'oigo cosas tan grandes? Dímelo, para que en cuanto lo sepa, me lec vante, y vaya a ella apresuradamente. Lasa– ludaré, cuando la hallare, y la diré: Bendita tú, hija, del Señor; alégrate y gózaie, hija de Síón, porque a tí me ha enviado el s~ñor. Y ¿por qué con.insistencia tanta, oh pobre– za, preguntas por su nombre? Grande es él, y·