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-203- regocijáos, porque vuestro galardón es gran– <le eu el cielo. No se turbe ni decaiga vuestro eorazón; porque yo soy el que os hablo. Obrad con vaior y confortaos todos los que queréis hacer amistad con la santa pobreza, Permane– eed con ella, y yo seré con vosotros. No lloréis ni os entristezcáis porque no po– .seéis riquezas; antes por el contrario alegráos ~ el Señor vuestro Dios, porque las despre– dasteis y os hicisteis pobres por Cristo. ¡Oh pobreza santa, y digna de todo enco– mio! ¿cómo te alabaré, cómo te llamaré, y de .qué modo te recomendaré a mis 1:111igos? ¡Oh qué ejemplo tan digno de imitación di a todos los Religiosos, que sufren necesidad por mí, cuando me hice pobre y necesitado por ellos. Pero mucho temo que seas todavia extraña y peregrina en los corazones de muchos. Ven, pues, y te enviaré a una sierva .mía muy esclarecida. Andarás errante un poco de tiempo sin encontrarla hasta que llegue el tiempo de tu visitación. En el día de tu visitación serás gloriosa y sublime, y no te llamarás entonces desolada -sino amada mía, y serás coronada de gloria y de diadema ert mano de tu Dios. Entonces resplandecerás como el sol en el reinq de tu