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-198 - trata de imitarme, siquiera sea un poco? Cual– quiera que lo hiciere, será de mi muy amado. Cansado del camino, me senté scbre el bro– cal del pozo, y pedí agua a la Samaritana, y Iá dije: dame de beber. He aquí que pedí un poco de agua para beber, yo que crío en las vides el vino para los hombres, y que convertí un dia el agua en vino d·eliciosísimo. Mis discípulos habían ido a la ciudad veci– na, a comprar alimentos, y al volver, me de– cían: •Maestro, come•. Como a quien padece necesidad, me ·ofrecían aquella comida, para que se echase de ver en mí la pobreza, y pa– tente fuese la gran necesidad, a que quise su– jetarme por la salud de los hombres. Ahora, pues, si me amas, sígueme todavía, que aun he de mostrarte mayores maravillas. Pobre y desnudo luí colgado en un made– ro; durante mi vida todos vieron lo poco, que tenia; y ya despojado de todas las cosas, solo y desnudo me ves clavado en la cruz. ¿Quién más pobre que yo, que estoy desti– tuido de todo humano consuelo? Grabar debes estas cosas en tu corazón y pensarlas muy atentamente, porque servirán para inflamarte en el amor de la santa pobreza. He aquí, pobreza santa, amiga mía, con qué palabras y ejemplos te he engrandecido, y