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- 184- mate con la armadura de pios, para poder resistir en el día melo. Con Ha, hijo, y no temas, porque yo soy contigo, dice el Señor, para librarte. Confór– tate y sé robusto, que son más por nosotros que en contra nuestra. Yo iré delante de tí, añade el Señor, y pe– learé por ti, y seré contigo en todas las cosas que emprendieres. Pon, pues, toda tu confianza en el Señor, y no seas de corazón pusilánime, sino firme y varonil en todas las cosas. 14 DE LA PE RMANENC!A EN LA CELDA Sea para tí la celda 'un paraíso, un cielo el coro y la lectura espiritual tu alimento. Sea el silencio tu amigo, el trabajo tu com– pañero, y la oración tu descanso. Permanece en el coro estable y quieto, solo atento a ti mismo y a tu Dios. En la celda has de hallar! e siempre, o le– yendo u orando o trabajando. A donde se reunen muchos y se habla con exceso procura no acercarte. Consérvate soli– tario y gustarás del bien. En el trabajo y reunión de hermanos habla poco y con discreción. · Con dificultad has de salir de la celda; y