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- 13- mes ser abrasado en el fuego, ser atormenta– do en el infierno, ser excluido del reino de los cielos? Muy vano es ese temor: preocuparse· tanto ·de un pequeño mal del cuerpo, no mirar más que a los males presentes, y no fijarse mucho más en las cosas que han de hacer al alma feliz o desgraciada por toda la eternidad. Entra en tu corazón, conviértete a Dios, que te crió; confía en él, y él te ayudará en tu :miseria y flaqueza. Si no puedes servir a .Dios con la cabeza ·ruerte, sírvele con la cabeza débil; y te coro– ·nará él de rosas y de lirios suavísimos con los mártires en el cielo, porque sufriste dolo– res y trabajos en el suelo. No quieras, pues, po·r el amor de una vida corruptible, dar entrada en tu alma a cosas menos rectas; no andes en busca de consue- 1os profanos, apártate de parlerías fútiles, aplicate a devotos ejercicios, guarda la disci– ·plina, mortifica la carne, dobla la cerviz al ·yugo de la obediencia, y salvarás tu alwa, ·se– gún la sentencia de jesucristo: <Quien s·u alma aborrece en esta ·:;ida, asegúrala para ·¡¡¡ vida ·derna•. Guárdate de _Intimar con indisciplinados, para que no te contagie su liviandad, y_ té ha– gas semtjante a ellos con desdoro de. tu Or- -den. ·