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- 179 - No estimes en algo lo <JUe hicieres, si no hicieres primero lo que debes. Procura, pues, estar siempre con los prime– ros, alegre y dispuesto en todo lugar y tiempo señalados para el caso. Has de anteponer siempre los ejercicios co– munes a los propios y particulares. Procura hacer antes la voluntad ajena que la propia, y seras de todos amado, de Dios y de tus hermanos. Sé hombre de pocas palabras y de humilde respuesta. Mejor es callar que hablar con imprudencia. Resuélvete a permanecer en la celda, si no aciertas a guardar tu lengua fuera de ella. 8." DI! L~ MANERA DE TRABAJAR Antes de salir de la celda y cuando entra– res en ella haz siempre una breve oración. No derrames tu corazón a las cosas exte– riores, mas acostúmbrate a orar en tu corazón al mismo tiempo que te ocupas en el trabajo manual. Nadie se hace perfecto de-repente, ni se al– canza en un día esta virtud y devoción; mas · con el ejercicio cotidiano y diligente propósi– to llega el hombre a hacerse interior y de– voto.