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- 174- ción impetra el favor divino; la oración alivia el trabajo; la oración nutre la piedad; la ora– ción aumenia la confianza; la oración destie– rra la pereza; la oración ahuyenta al demo– nio; la oración vence en el combate. No aflojes en la oración, si quieres verte li– bre de los vicios. La ,oración es siempre nece– saria,- así como también la gracia divina, sin la cual no podemos vivir espiritualmente. Orar debemos para alcanzar la gracia de Dios, porque esta es la sola cosa que necesi– tamos. Mejor es orar que l~er; pero según los tiem- pos ambas cosas han de hacerse. · z.o DE LA LECTURA ESPIRITUAL La lectura espiritual debe ser como a modo– de oración; y antes de leer es conveniente. preceda la oración. La lectura espiritual ilustra nuestra igno– rancia, resuelve las dudas, corrige los errores, instruye para las buenas costumbres, enseña a conocer los vicios, exhorta a las virtudes, excita al fervor, infunde el temor de Dios, re– coge la mente y recrea el ánimo abatido. Y porque no puedes de continuo hallarte en oración o estar leye"ndo, debes trabajar ma– nualmente en alguna cosa útil, en la cual vaya la oración delante, vaya la oración al

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