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00O0000000 t> O30 0 0 000000 000000000000 0 0000000000000000000 OC" o o o o o o o o o 9 •Qe>ooooooooooooooo oooooooooooooooooQ· '!' CAP I TULO VIl Que_se ha de alabar a Dios en la tribulación·. Aprende a alabar a Dios en la tribulaciém que sufres, y haz de la necesidad virtud; para que cnzca el mérito de tus obras, y decrezca la pena de tus pecados. ¿Has de murmurar de Dios, cuando al mis– mo tiempo que te azota, te prueba y purifica? Esto en verdad no te conviene; al conl!·ario ruégale no disimule en modo alguno tus pe– cados, y te castigue miseri.:ordiosamente. Confiesa, pues, a Dios, porque es bueno en su~ dádivas: mas confiésale también, porque es justo en sus castigos. Es su bondad la que te ha hecho tantos bienes, sin tú merecerlo; (¿qué merecía tu ini– quidad sino castigo?). Díle, pues, con humildad postrado en su presencia: Señor Dios mio, nada de mi me– rezco, si no es padecer y ser atribulado; no

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