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- 128- Señor desde el principio de tu vida hasta la hora presente? Sé, pues, agradecido y humilde; sé dócil y manso de corazón para sufrir todas las con– trariedaMs que te acaecieren, en compensa– ción de tus pecados, y para aplacar la ira de Dios. Si no te apresuras a enmendar tu vida y convertirte en otro hombre, tal vez vendrá so– bre tí la calamidad, que no sospechas, y se le– -~antarán contra tí el cielo y la tierra, y clama– rán contra tus iniquidades todas las criaturas, porque t~ están sirviendo, indigno, en tus ne– cesidades, mientras tú no sirves, como debes, al Criador de las mismas. Pues para que no esta11e de repente y con furor la divina justicia sobre ti, y te destruya y acabe como seco rastrojo del campo, mien– tras es tiempo de perdón y ocasión de miseri– cordia, clama con el real Profeta, y ora hu– mildemente, y di con la mayor confianza. •Sea tu misericordia la que me consuele, se– _gún la palabra que tienes dada a tu siervo". ,