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- 124 -- Si la vide del Prelado no es tan perfecta y loable como su estado y profesión Jo exige,, harás tú bien sin embargo en obedecerle en lo bueno, que te mandare, que no de él sino de– Dios has de recibir tú el premio de obedien– cia. Aprende a sobrellevar con paciencia al Pre~ lado que tienes de presente, para sobrellevar más fácilmente al que le sucediere. Sí no tuvieres ese, tal vez habrías de sufrir otro más duro y dificiL Uno has de tener de todos modos; y no encontrarás ninguno ente– ramente de tu gusto, aunque a elegir se te die-– ra entre muchísimos, No tuvo jamás un buen discípulo maestro tan malo, que-no le cediese en su bien propio el haberle humildemente obedecido. A ejemplo, pues, de Cristo y de Jos Santos. has de acostumbrarte a obedecer pura y sim– plerr.ente por el mismo Cristo, por la con– ciencia, por la buena fama, por la paz del co– razón y por merecer la gloria eterna. Nadie con tanta quietud vive, ni con tanta seguridad muere, como el verdadero obedie~te, que a Dios y a los hombres se sujeta en, todas las cosas.

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