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- 112- ¿Qué monedilla es esa? La confesión santa con verdadero pesar y sentimiento. Pide, pues, perdón, con el Profeta de todos tus pecados, diciendo arrepentido: "Confesaré contra mí al Señor la injusticia mía; y tú per– donaste la malicia de mí pecado. Este perdón solicitarán de ti todos Jos Santos en tiempo opo'rtuno•. Ahora bfen, el tiempo más oportuno· para recoger el corazón, entre dia derramado en tantas ocupaciones, parece ser sin duda la ho– ra de completas, destinado a la quietud de la oración con el fin de tranquilizar la concíen– <eía y purificarla de las manchas contraídas durante el día. · ¡Ay de aquel c¡ue deja pasar este tiempo con descuido, y de día en día, de hora en hora va alongando su disipación y parlerías, y no·· examina el estado de su alma, sus costumbres y sus actos una vez siquiera al día, cosa qu~ debiera hacerse en todas las horas·y momen– tos! Pasarás tú sin examinar tus faltas; no las pasará Dios sin castigarlas. Hasta el último cuadrante se te exigirá del talento que se te fuere encomendado. Luz se ha dado y ley de vida y de disciplina a cada uno para bien obrar y aspirar siempre ;a cosas perfectas; mas a nadie se le ha dado