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-101 - Resplandezca la modestia en tus modales, y con ella la santa tranquilidad, como corres– ponde al ser del Religioso. Porque no te distraigan los que se hallan a tu lado o te perturben con alguna cosa menos recta, mira siempre adelante; y tan vivamente has de fijarte en los misterios divinos, que por empeño alguno del demonio llegues a al– terarte; pues por arte diabólica muchas veces se produce perturbación o risa por el más fu– ti! motivo u ocasión más sin sustancia, lo que ciertamente debe lamentarse, y con cuidado precaverse. En el lugar santo hacer algo temerariamen– te, en verdad que no dejará de ser castigado rigurosamente. En presencia de Dios y compañia de los;ftn:~~geles no es justo pensar má~ que en ,.e~~;~s- ·-' D¡::- ;:: santas; no deben tratarse allt cosas t¡!rrlmas, '-.. t especialmente en el Oficio Divino y er' Jás ·mi-._:: _·, \, \. sas, tiempo destinado a cantar dev<Dtatnente,¡ .· ·.... '. o a orar silenciosa y recogidamente. ' · ···'.. "'-· • Al pasar por la iglesia o cementerio, acuíir.- .. , :' · · .·, date del día de tu muerte, que te es des:c\Hlfl'-,: :(; -~~~t! 1 cído, aunque por ventura no se halle ta1r'Je~ : · ····:"'~~\ jano. · ··.·:~}/~~ j~}i~~~ ~-~ Mira los sepulcros de los muertos, a io~ cuales seguirás tú muy en breve, y serás cu- bierto con tierra como ellos, para ser dado al

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