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-40- 0ficio Divino. Vió S. Benito al demonio muy solícito en el coro, recogiendo las sflabas que los monjes dejaban de pronunciar o pronuncia– ban mal, y las echaba en un saco; preguntado para qué hacia aquello, respondió: Que para ·acusarlos de aquellas sílabas mal pronuncia– das en el divino juicio. Y aunque ésta aten– ción es la más necesaria, porque sin ella no se cumple con el Oficio Divino; pero es la menos fructuosa , si no va acompañada de las demás. cSi lingua tamtum orem, mens mea sine jructu est. > (1." AD CoR. t4:) La segunda atención ha de ser cal sentido de la letra;• esto es: a la significación de las palabras. Esta atención no es de obligación, porque los cortos gramáticos y las religiosas no entienden latín; y sin embargo cumplen con la obligación del Oficio Divino; pero los que lo entienden, harán mal en no atender al sen– tido de la letra, sacando fervorosos afectos, ya de amor, ya de temor, considerando los ri– gores de Dios; ya de agradecimiento, ponien– do los ojos en sus misericordias, y otros a este jaez, pues para todos hay grandes motivos en el Qficio Divino, y para eso se nos proponen. Esto es cantar salmos a Dios con el corazón,

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