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-36- a Dios es pedir milagros sin necesidad; y tienta a Dios, en cierta manera, el que sin preparar– .se, piensa estar sin distracciones en el Oficio Divino, antes bien las que le vinieren por su negligencia, le serán culpables; pero el que ·COn fervor se preparase, podrá entender que no le son voluntarias. Cuanto más solemne es la festividad, ha de ser mayor la preparación, y a este fin se tañen tres toques con la cam– pana en los días solemnes, y son más largos que en los días ordinarios. A tres puntos se ha de reducir Út prepara– dón: quién, con quién, y a quién. ¿Quién ha de emplearse en las divinas alabanzas? Yo, -que siendo una vil criatura llena de culpas e imperfecciones, merecería estar en los abis– mos. Humíllese mucho y haga el acto de con– trición para purificar su conciencia. •]ustus prior est accusator sul. (PROV. 18. ») El se– .gundo punto: Con quién tengo de alabar a Dios? con los justos de la tierra y cortesanos del Cielo. Considerándose en medio de ellos, pídales su asistencia, procure inflamarse en el amor divino con fervorosos deseos, deseando que todas las arenas del mar y átomos del aire Jueran otros tantos mundos poblados de ánge-