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-20- 1evanta el corazón a Dios y dice: Señor, yo quiero hacer todo lo que este siervo vuestro hace por vuestro divino amor; y si el mundo fuera todo mio, ·lo emplearía en remediar las necesidades de mis prójimos por daros gusto. Oye que un siervo de Dios con su predicación convierte muchas almas, levanta el corazón y dice: •Quisiera convertir a Vos todos los co– razones criados, y que·os amasen con abrasado y encendido amor; redbid .mi voluntad». A este modo se ha de ejercitar la voluntad cuando se oye cualquiera obra buena. Por el contrario, oye algunos escándalos y pecados cometidos contra Dios: Levanta el corazón a su Divina Majestad y dice: «Me pesa que haya sido ofen– dido mi Dios; evitaría, si pudiera, todas vues– tras ofensas, aunque fuera a costa de mi pro– pia sangre». Aun de lo que es imposible puede sacarse también merecimiento. Pongo caso: Desea uno amar a Dios, si pudiera, como El mismo se ama; desea que todas las arenas del mar, plantas de la tierra, átomos del aire y es– trenas del cielo se convirtiesen en otros tantos cielos, poblados de perfectísimos espíritus, para que fuese Dios más amado y alabado y reverenciado.» Estos.deseos los premiará Dios,