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-3- en alguna manera, y tenerle propicio para que perdone al justo los pecados veniales y al que· está en pecado mortal le dé auxifios para que se arrepienta y salga de él. Como S. Esteban lo consiguió con su oración para San Pablo; TERCERA ADVERTENCIA. El más mínimo grado de gracia que gana el justo, sólo con decir jEsús, vale más que todas las cosas na– turales que Dios ha criado y puede criar. De suerte, que el hombre más miserable del mundo, sólo con un grado de gracia es más dichoso que todos los hombr~s y ángeles sin ella, aunque cada tino fuese sefior de infinitos mundos, y gozase de todas las honras, deleites y riquezas ·naturales, que Dios le pueda dar. Pues si hay hombres tan solícitos de estos bienes tan cadú~ cos, que no pierden ocasión de granjearlos, aunque sea a costa de trabajos y desvelos, con más razón deben ser solícitos de los bienes de la gracia aquellos a los cuales Dios ha ilustrado y les da vida y medios para que los granjeen. Negofiamini dum venia. (wc. 19.) CUARTA ADVERTENCIA. Para merecer -nue– VOS aumentos de gracia y de.gloria, es nece– sario estar en gracia; porque el que está en

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