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-214-. sa; denuestros Padres y Hermanos que están ausentes, o que descansan en el Seftor. 8. 0 De las miserias áel mundo y .de los peligros 'iíe los que habitan en él. 9. 0 De la miseria y calidad en que viven los herejes, infielt:_s y- pecadores, para que, compadecidos, les encomienden a Dios. 10.• De la muerte, juicio, infierno y gloria• . De hablar de estas u otras semejantes ma– terias, queda el ánimo recreado y aprovecha· do, compungido e inflamado; se emplea bien el tiempo y se sale de la recreación con mu– cho merecimiento y con nuevos bríos y fervo– rosos propósitos de servir a Dios, habiendo cumplido con el consejo que dice: <Tu pensa– miento esté en Dios y toda tu plática sea ha– blar de los preceptos del Altísimo. (Ecles. Cap. 9.•) Volviendo al Convento, de cual– quiera parte que venga, al tiempo de llegar a la portería se pedirán perdón del mal ejemplo que se han dado mutuamente, procurando en ~to adelantarse los menos antiguos; y se di– rigirán a la Iglesia delante ce Cristo Sacra-· mentado a darle gracias y pedirle perdón; de allí irán a tomar la bendición del Prelado.