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-·206- exterior, que sirvan también de edificación a . los seglares. En el rostro ha de mostrar ver– güenza, en los ojos mortificación, en el sem– blante alegria, en las.manos composición, en los pies limpieza, en la palabra sobriedad, .en las respuestas prudencia; la conversación ha de ser breve, no demasiado familiar, especial· mente con mujeres. Y tratado el negoció que les llevó fuera del convento, les ha de hablar de las cosas divinas y pertenecientes a fa sal~ vación, teniendo para esto prevenidos algunos ejemplos. · A la casa que llegaren, aunque sean de pa– rientes y de familiares, no han de entrar sin llamar, y podrá saludar a las personas dicien– do': «La paz del Señor sea en esta casa.• Si hay algún enfer.uo , le ha de visitar; y si el en– fermo cómodamente pudiera hablar, con sua– ves y blandas palabras le preguntará la cali– dad y causa de la enfermedad; de la respues– ta tomará motivo para dar a entender cómo Dios con su providencia lo dispone todo. Si está gravemente enfermo, exhórtelo con pru– dencia a que se confiese y disponga sus co– sas, (desengañándole del peligro), y a resig– nar&e en la voluntad divina, todo con breve-