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CAPITULO XXVI De las salidas del convento Del modo como se ha de haber el que sale de c;asa. Supongo que al .Religioso particular rarísi– ma vez se le ha de ofrecer pedir licencia para ir fuera de casa. Así como a Jos muertos no se les ofrece ocasión, sino muy rara , de tratar _con los vi~os, así al Religioso , que ha muerto ya al mundo, ha de ser rarísima la ocasión que se le ofrezca para volver a él; pero cuando el Prelado le enviare, mostnirá ser Religioso en obedecerle con puntualidad, fiando en la vir– tud de la santa obediencia, que disponiéndose de su parte, le volverá al convento con nuevo ·acrecimiento de espíritu. Tomada la bendición del Prelado, ha de irse a la Iglesia y presen- . tarse delante del Sef.or, y ofrecerle aquellos pasos en memori ¿ de los que su Majestad Di· vina dió para nuestra enseñanza y redenc!ón.

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