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-XVIII- en jerusalén.• Non Hierosolimis fuisse, sed Hierosolimis bene oixisse laudandum es t.~ Lo ·segundo, que no .consiste la perfección en larga vida, sino en BUENA VIDA. Así lo dió a entender Cristo N. S. con fa parábola de los q!le fueron a trabajar a la viña (Math. 20.) Trabajaron unos todo el día, desde la mañana hasta la tarde, y otros, c.on una hora que traba– jaron, les igualaron en ei merecimiento; porque una sola hora vivida con fervor vale más que muchos días vividos con flojedad y descuida– do. Más vale una pieza de oro que muchas en vellón, y la fineza de un diamante que muchos con granate; y por eso dice el Espíritu Santo, hablando del f_ervoroso, al cual se le anticipó la muerte: » Que acabando en breve, llenó mucho tiempo. Consummatus in breo/ expleoit tem– pora multa. (Ap. 14.) Lo tercero, que no consiste la perfecCión en hacer muchas obras, si estas se hacen con im– perfección. No se dice un árbol ser bueno por– que produce mucho fruto, sino porque lo produ– ce bueno y lo sazona bien. No es perfecto pin– tor el que pinta muchós cuadros, si los pinta con imperfección, sino aquel, que aunque pinte pocos, los saca perfectos. Así, pues, no se di-

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