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-167- tener, hechas por caridad. Por el contrario, el que procura hacer todas sus obras, aunque sean pequeñas, por amor a Dios, al paso que las hiciere con más amor, le dará Dios mayor premio: y por.eso exhorta el mismo San Pablo: •a quE\ todas las obras se hagan por caridad.• La caridad, dice el Maestro de las Sentencias, es un amor con el cual amamos a Dios por si mismo y prójimo por Dios. Est dilectio qua diligimus 'Deum propter se, et proximum propter Deum. (•Lib 3. Dist. 27.•) El amor de Dios puede ser de dos maneras, uno de amistad·y benevolencia, como cuando es amado sólamente por su bondad e infinitas perfecciones; este es el amor de caridad. El otro es de concupiscencia, y es cuando le ame– mos porque es bueno para nosotros; porque nos ha prometido el cielo y nos hace benefi– cios. Este amor, aunque sea meritorio, pe~ no lo es tanto ni tan perfecto como el amor de amistad. De cuatro modos se puede ejercitar la ca- . ridad para con Dios: El primero, guardando, no sólamente sus mandamientos, sino también sus consejos con determinación finne de no eontravenir a su divina voluntad ni en lo más
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