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CAPITULO XX Del amor al retiro Del modo de recogerse a la celda y tener la lección espiritual La celda, como dice San Bernardo, ha de ser el cielo del Religioso; porque si en el Cie~ lo todo es conversar, conocer y amar a Dios·y a donde su Majestad Divina comunica sus fa– vores, así es para el Religioso la celda, un re– tiro. Todo se ha de emplear en conocer y am.tr a Dios; se ha de considerar como en el cielo con su Divina Majestad en compañía de María Santfsima y de todos Jos Espíritus Bien– aventurados y Santos. Así lo hacía San Ber– nardo; por Jo cual solía decir: Que .nuncá es– taba más acompaf.ado que cuando estaba ¡;oJo. Y San Pablo afirmaba, que viviendo en la tie– rra, tenia su conversación en el cielo: •Nos– ira conoersatio in coelis est. (Ad Phi/. 3. >) Tres conveniencias entre otras muchas se

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