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-!54- por esto no se ha de arrojar a cualquier movi– miento que viniere, sin probar primero si aquel espíritu es de Dios. •Nolite · omni spiritui credere, sed proba/e spiritus si ex Deo sint. («!.a joan 4. ») El cuarto, cuando cayere en alguna falta, considerar la propia flaqueza, pues permitió Dios la caída para el propio conocimiento, y desear que todos le tengan por una criatura vil, y como a tal le desprecien y traten. Al paso que el hombre ha :le desconfiar de si mismo, ha de confiar en Dios. Esta confian– za también se puede conseguir por cuatro me– dios: Primero, pidiéndola a Dios. Segundo, . considerando que su Divina Majestad anduvo buscando con grandes fatigas y penalidades' por espacio de treinta y tres años la oveja per-· dida, y <;ontínuamente está dando aldabadas al corazón del hombre, para que le abra, con deseos de entrar y quedarse en él para comu– nicarle con largueza sus dones y gracias; pues cuando el hombre le busca y le llama, por gran pecador que sea, ¿cómo es posible que su Ma– jestad Divina no le oiga? Tercero, recorriendo con la memoria las verdades de la Sagrada Escritura , que en muchísimos lugares enseña