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-149 - trariedades escala de oro. Sobre esto queremos poner esta nota: Nosotros quisiéramos servir a Dios a nues– tro _modo; pero es preciso hacerlo al modo suyo. Nos quejamos de enfermedades, porque nos impiden ir al co– ro, o trabajar como deseáramos; pero el Señor quiere santificarnos en la 'tmposibi:idnd. Más vate un «HAGA– SE, SEÑOR, TU VOLUNTAD" que mil hazañas por voluntad propia. La generosidad y valer no se conocen cuando va– mos muy a gusto sobre aguas· mRnsas sino cuando en medio de contradicciones y recelos injustos, nos ve– mos obligados al retiro y a c·anar, resignados a la vo– luntad de Dios, que permite y ordena nuestros males materiales Muchos que_parecen cabales, necesitarían ser probados en este crisol de la .contrariedad. Aquf el alma Se ve obligada B probar su fuerza de voluntad y abnegación, lo cual no gusta al sentimiento natural.