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-142- do de la divina gracia y de apartarse de todo lo que puede impedir el mayor amor y servicio de Dios, esto es lo que deseaba David; para lo cual pedía a la Divina Majestad su asisten– cia, diciendo: cAparta, señor, de mi el cami– no de la iniquidad. Viam iniquitatis amove a me. (Ps. 118.•) Tomarse alguna penitencia en satisfacción de Jos delitos cometidos, como poner Jos brazos en cruz, ayunar, disciplinarse, llevar cilicios, lo cual le servirá no solo para satisfacción, y de impetrar la divina gracia, a fin de no volver a caer, sino también de cui– dado y vigilancia, que no se tiene, por no pa– decer aquella mortificación. Concl,úyese el e– xamen suplicando al Señor, supla con sus me" recimientos lo que ha faltado, y de fortaleza para no faltar más. Procúrese finalmente dis– poner de su parte, porque como dice S. Juan Crisóstomo: Indigno es de la salud, el que después de ser curado, a sí mismo se llaga; ni merece ser purificado el que a sí mismo des– pués de-la gracia con culpas leves advertida– menté se mancha. •Sanitatis indign~s est, qui semetipsum, postquam sanatus est,. vulnera!; mundari non meretur, qui semer tipsum postiratiam sordidat. •

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