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-140- da por ellos. Por eso dice San Pablo: Si no– sotros mismos nos juzgáramos, ciertamente no fuéramos juzgados. El examinarse ha de ser luego que se acaba de hacer cualquier obra, porque no se olviden los defectos en ella cometidos; principalmente se ha de hacer tres veces al día: Cuando se acaba la Misa Conventual; al medio dia; y en la noche. Consiste el examen en cinco . puntos. El primero es dar gracias a Nuestro Señor por todos los beneficios recibidos, y con– tinuamente se las teníamos que estar dando; por que nos ha criado, nos ha conserva.do , nos ha re- dominantem allquam possionem, según los filósofos, debe procurarse buscar ese flaco. Venciendo a Goli8.t venció David a todos sus ·partidarios, enemigos de Is– rael. Alejandro Magno para pasar el Eufrates, lo desecó prontamente y superó a sus enemigos. De los defectos recordemos el consejo de San Juan Crisóstomo: ~discamus et tempore opportuno corriga– mus hoc mense un.um , a/io alfud, et ita consequenter mellares ef(icl~mur.» No les declaremos batana en con– junto sino separándolos, dividiéndolos, teniendo en cuenta acOmeter primero a la pasión 'dominante. Según la regla de Jos ascetas, no hay que dejar fácilmente al enemigo Qlle se combAta Perfectam opportet praece– der.e purgationem antequam circa cirtutes examen ins– tltuatur; aunque completamente nunca se extirpan. De ahf que hasta en la via iluminativa y parte·de la uniti– va hay que tratAr sobre esto.

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