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-134- .EI cuarto afecto es de amor considerando que al que ha de recibir es su Padre, su Dios, su Redentor, que por el grande amor que nos tiene, sin tenérselo merecido, padeció tantas penas, para merecemos la gloria y se quedó sacramentado para comunicarnos inmensos fa– vores y unirse íntimamente con nosotros. El quinto afecto es de deseos fervorosos de recibir a un tan alto Señor, que tanto nos ama; y que el venir a nuestros corazones es para remediar nuestras necesidades y enrique· c-ernos de celestiales gracias. Procure también tener deseos de recibirle éon las debidas dis– posiciones. Pida a todos los bienaventurados del cielo, singularmente a los santos de quie– nes se celebra la fiesta, a María Santísima y al mismo Cristo Ntro. Señor, que le presten sus virtudes para adorno de su alma y de to– .das las que aquel Cía le han de recibir; y que envíe su soberano Espiritu, para que le dispon– gan habitación gustosa. Ludovico Blosio, refie– re de Sta. Gertrudis que lo hizo así en una ocasión. Admitió Cristo Ntro. Seflor su volun– tad, y al mismo tiempo de comulgar oyó una voz del Señor que le dijo: cYá tu alma se mi– ra con todo el adorno que pediste• o

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