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-133- viene? A quién viene? y para qué viene? y· sa– car de ellas estos cinco afectos: pureza, hu– mildad, reverencia, amor y deseos. La pureza ha de s.er no sólo de intención, dirigiéndo la comunión a dar gusto a Dios, ni. sólo de .peca– dos veniales, sino aún de las más leves imper– fecciones, procurándolas evitar y purificando el corazón de )as culpas pasadas, con muchos actos de contrición, ·vacáindole de cualquier afectillo o cosa terrena, para que el dulcísimo jesús lo halle limpio y desocupado para su ha– bitación y recreo. El segundo afecto es de humildad, a la cual se excitará, considerando la propia bajeza, la grandeza del huesped que ha de recibir en su corazón, que fué nido de pecados, y su divina majestad la misma santidad; con estas y otras consideraciones podrá decir: Señor, no soy digno de que entréis en mi pobre morada, etcétera. El tercer afecto en que se ha de ejercitar es de reverencia, la cual ha de ser interior y ex– terior, en las potencias y sentidos y en todas sus acciones, considerando la reverencia con que le adoran, alaban y veneran todos los bienaventurados en el cielo..