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~Xli- probable tuvier(l entre sus discfpulos mu– chos de aquellos navarros y vascongados, /andadores de la Provincia Capuchina de Navarra-Cantabria, que a tanta altura su– pieron elevarla. . De cómo se recibió el «MODO DE BIEN OBRAR» del P. Aliaga en el campo ascético de la época, y el concepto que de él formó la piedad inteligente, nos dan alguna idea los elogios calurososque constan en la se– gunda edición de que, como queda dicho, nos hemos valido para nuestro intento. El Censor del libro D. Vicente Navarre– te, Canónigo Magistral de la Sta. Iglesia Metropolitana de Zaragoza y Catedrático de Vísperas en su Universidad, lo califica de. Luz CLARA EN EL CAMINO DE LA VIRTUD HASTA LA CUMBRE DE LA PERFECCION. Y aña– de: <Tengo por muy estimable beneficio y de grande edificación el que nos hace este Padre mostrándonos con tanta breveqad y claridad cómo en su Seráfica Religión se forman aquellas puras almas de sus novi– cios e'h varones insignes y perfectos. > Todavia dice, que eiz este libro resplan– dece la luz y sabiduria, asila especulativa

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