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CAPITULO XIII De la oración externa Hemos tratado de la oración interna que se llama meditación y contemplación. Lláma– se interna porque se practica sin palabras ex– ternas, por ejecución de las potencias del al– ma. No quita esta condición de interna oración el uso de jaculatorias afectuosas que se dicen dentro del acto meditativo, porque eso proce– de como efecto del mismo acto. Durante la meditación o contemplación la mente, ilustra– da por la gracia divina, mira atentamente las verdades de la Religión, que ya conocía, pero ahora las rumia .. Las solas palabras que pueden suponerse como oración externa en ese ejerci– cio son las que se dicen generalmente, pidien– do a Dios la gra<;ia de la oración: <Domjne, doce me orare.• Loquere, Domine, quía audit servus tuus.» Tenemos aprendido que por lo general no se medita debidamente, por-

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