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CAPITULO XII Del modo de mortificar las potencias interiores Además de los cinco sentidos tiene el hom– bre un apetito sensitivo, el cual incluye dos potencias: la una se llama concupiscible, la otra irascible; estas dos facultades son el asiento de las pasiones, las cuales en sentir de los fi– lósofos son once, seis corresponden a la con- · cupi8cible y son: amor, odio, deseo, fuga, go– zo y tristeza: A la irascible le corresponden cinco; son: esperanza, desesperación, temor, audacia e ira. Llámanse pasiones, porque no se excitan sin que padezca algo el cuerpo y sin alguna mutación; se dilata o se comprime, según la pasión que le domina. Las pasiones de su naturaleza ni son buenas, ni son malas. Son comparadas a los humores del cuerpo, los cuales estando en debida proporción, causan la salud y la vida; pero si se alteran o descon-

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