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-91- otros santos, y de las postrimerías y otras co– sas que nos despierten la memoria ¡:le cosas divinas y sobrenaturales. En esto nos hemos de mortificar, no en dejarlas de mirar, sino en no mirarlas por simple gusto, sino ·por dar gusto a Dios y excitarnos a amarle. .Los indi– ferentes son prados, jardines, edificios, esca– parates de ricas joyas y otros, en los cuales nos hemos de mortificar dejándolo de mirar por amor de Dios, pues sirven más a la curiosidad y deleite de la vista que a la devoción. Es muy ·poca religiosidad y mortificación cuando van de viaje los religiosos, el ir a ver lo rico, lo curioso, lo extraordinario que hay en los pue– blos por donde pasan. Pero cuando se ofrecie– re por algunas cosas honestas mirar las tales cosas, conio por algún honesto recreo, o por aliviar el corazón de alguna pena o melancolfa, pídase a Dios licencia y hágase de suerte, que las mismas criaturas les sirvan de despertador para alabar a su Divina Majestad y amarle. Los objetos malos, como las pinturas poco de– centes, comedias, libros vanos, mujeres her– mosas y compuestas y todo lo que puede ser– vir de algún mal al alma, no han de mirarse, por el daño que se nos puede seguir, del cual 8