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-79- principalmente pertenece a los que andan en la vía unitiva; y porque con el ejercicio de las 'vir– tudes llega el alína a estar tan conforme y uni– da con la voluntad divina, que no quiere más ni menos, que lo que Dios quiere, esto es: unión de voluntades en perfecta resignación y confor– midad; ni desea otra cosa·ni halla contento fuera de su Majestad Divina, y puede decir como la Esposa: Mi amado para mi y yo para él. Dilec– tas meas mihi et ego illi. (CANT. 2.») Los que están én esta via tienen por ejercicio par– ticular el de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad... Por la fe se une el en– tendimiento a Dios con la luz sobrenatural, que le hace conocer la Suma Verdad. Por la cari– dad se une la voluntad, amando el bien de que goza, y abrazándose con la Suma Bondad, que tiene presente, de donde resultan operaciones fervorosas, deseos vivos y el decir con la Es– posa: Le tuve y no le dejaré» < Tenai eam nec dimittam (CANT 3.) Estos son los ejercicios de los perfectos. El objeto de los que andan en esta vía es Dios, sus divinos atributos y el amor que nos tiene Cristo Nuestro Redentor y lo que hizo por nosotros, cuya santa humanidad, en cualquier