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~-0 ~-~~~T;.!_~:~~~--::.:-~1~~~--I ___ \'ir~~en. ~anta Cecilia. lo lleven en su co– r.,zon. Con este fin se ordena, que todo.'\ lo:; cií.l';. excepto el viernes. en rod:1s nun;trJs c;~s.1s se lea en el refec torio du– r.lntc la comida el sJnto Evangdio; mas en b c:>n:l. en lug.u del Evangelio, hJ– g.,~c !.1 primera lectu ra de cualquier otro libro d~ b s;~gr.lda Escritura. 2. --Siendo ],1 Rt:gl.l de :;,m I-iraf 'lc.ir. – !::0 como nítido espejo m el cual n:s– pl.1ndrcc la perfección cvangl~l ica, se de– term ina. c¡ue todos los viernes en cada conn:n to :;e k.1 d.uamcnlc. y con la debida r:.:vcrcncia y devoción. ju ntamente con el T cst·.-.mcnto dzl mismo bicnavenwr,1do P:~drc. a fin de qnc impresa en nucstr.ls ;l! mJ.<; m~jor pcdamos observarla. 3.- Aciem:ís, como fué voluntad, no rólo del srráfico Padre san F rancisco, sino también del mismo Cristo nuestro Reden– tor, que la Regb se guardase simplcmenh> al pie de la letra y sin glosa. como ya la gnani:lron nuesiros antiguos Padres; por tJnto renunciamos de nuevo y para siem– pre a todos los privilegios y glosas que la mitigan, nos apartan de su pura ob– servancia y la separan de la piadosa, justa y santa mente de Cristo. el cual hablaba