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Fr. MELCHOR DE BENISA MINISTRO GENARAL DE TODA LkORDEN DE FRAILES MENORES CAPUCHINOS DE SAN FRANCISCO (a. i.) A NUESTROS AMAOOS PADRES, . H ER– MANOS E HIJOS, SALUD Y PAZ EN NUESTRO SEÑOR J ESUCRISTO Para que el espíritu seráfico, a cuyo jmpulso se formó hace :ya cUatro siglos la familia Capuchina, floreciera siempre en la nueva Orden, nuestros venerables ~ntiguos Padres cuidaron, desde Sus mis– mos comienzos, de mantener con oportu~ nas leyes la regular disciplina en la grey que les había sido encomendada. Todos los que han investigado los primeros años de su existencia saben que esto, principal– mente, se realizaba con las Ordenaciont:s de los Capítulos generales. · Como quiera que faltaban con . fr~cucncia disposiciones que· se acomodasen a las exigencias varías de las cosa$ Y de Jos tiempos, y. por otra parte, no pefdían de vista que la potestad legislativa era prerrogativa de los Capítulos generales, nuestros -.:.ntiguos Padres, desde las con-