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f08 CONSTITUCIONES - CAPITULO IV del corazón de sus hijos, mandó en la Regla que de ningún modo recibieran los frailes dinuos o pecunia por sí. o por interpuesta persona; y para grabarlo me– jor en nuestros corazones, como cosa que tenía muy estampada en el suyo, hasta tres veces lo repitió en la susodicha Re– gla. Queriendo, pues, nosotros satisfa– cer cumplida y perfectamente el piadoso des:o e intención de nuestro Padre, inspi– rado del Espíritu Santo, ordenamos que los frailes de ningún modo tengan procu– rador u otra persona, de cualquier modo que se llame. que reciba o tenga dinero o pecunia para los mismos frailes o en su nombre, contra las declaraciones de los Sumos Pontífices Nicolás lll y Clemen– te V. Nuestro procurador sea Jesucristo r.uestro Señor. su dulcísima Madre sea nuestra tesorera y abogada, los Angeles y Santos nuestros lmigos espirituales. 86.- Y porque la altísima pobreza fué espesa amadisima de Cristo, Hijo de Dios y de su humilde siervo san Fran– cisco nuestro Padre, deben pensar los frailes que no se puede quebrantar sin que sumamente ~e desagrade a Dios, pues quien la quebranta le ofende a El en las niñiils de sus ojos. A~í salia decir el se-
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