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~dándose la razón de vestigio en la causalidad de Dios sobre las cosas o en la razón de efecto que estas tienen, es evidente que el ser vestigio no ha de concebir- se como algo aocidental y sobreaiadido, sino que pertene- ce a la esencia de toda realidad oreada (15). Sin embargo, insiste el Santo Doctor en que la raz6n de vestigio de la Trinidad no es acoesible al conocimiento puramente filo- sófico, aunque la ultimidad de cada cosa no sea "pleaamen te" oognosoible sino se la llega a ver esta su razón vesti gial. Hemos de ver luego la explicación de esta afirma oión. Como complemento de este apartado señalamos al- gunos de los incontables ternarios en que San Buenabentu ra rastrea el paso de la Trinidad en lo profundo de cada cosa. Las huellas mis profundasde la Trinidad se des- cubren ya en las mismas razones trascendentales de unidad, verdad y bondad que afectan a cada cosa ea la línea mis- ma del ser. Pueden oonsiderarse las cosasbajo muohos tos de vista : en si mismas, en relación con las creatures y en cuanto se refieren a Dios. Las cosas cumplen mis perfectamente su razón de vestigios cuando se refieren a 15. Ia razón es porque se funda en la efecto entre Dios y la creature : 11061b. - ibid. i d.l t dub.1; relación de causa y II S.,d.24,p.1,a.2, 11 .51 a.
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