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La solaci6n al problema la ofrece el Santo Doc- tor con estas terminantes palabras : "Millo modo Trinitas personatum eat cognosoibilis per oreaturam rationabili ter ascendendo a °reatara in Deum" (38). La razón es bien olara : el misterio de la Trinidad consiste en la plurali- dad de personas dentro de la unidad de esenoia. Ahora bien, la pluralidad de personas en la unidad de esencia es tan propio de la naturaleza divina, gae en las °reataras no se encuentra nada semejante, ni se puede encontrar, ni aun pensar razonablemente (37). Basados en este princi - pio ya podemos responder a las dificultades propuestas. Resvoto a los fil6sofos es indudable que no llegaron a conocer la pluralidad de personas en Dios. Y si algo dijeron acerca de esto, o no entendían lo qme de - cían, o tuvieron alguna ilustraoión sobrenatural. La tri - nidad do apropiados de que ellos hablaban, no prueba o- tra cosa sino qae en Dios hay unidad, verdad y bondad. Bato se parece algo a la Trinidad, pero en modo alguno es la Trinidad misma (38). Conocieron los predicados divinos que son apropiados a las tres personas divinas Ibid. i resp.; 1 1 78b. 37. "pluralitas personarum oum unitate essentiae eat pro- prium divina° naturae solius, ouius simile neo report - tar in °reatara, neo otest reperiri neo ratioaabili ter cogitar". lbid. o resp., I,78b. 38. Ibid. l ad lm-4m ; 1,76b. Análoga soluoi6n dan otros au- tores de la dpoca : Alejandro de Hales, Aus. ',pa° ; S.lhomas 1 32,1. Ssooto, 1.uodl1p.,q.14 ; 26,1 es.

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