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308 - fe, logramos la visi6n plenaria de las realidades Mel universo. Desde el momento an que empezamos a hablar de la an logia de la fe y distinguirla de la analogia del ser, acuden a nuestra mente nu rosos problemas : es legiVi4o partir Me la fe para llegar a una auténtica y justificable "concepción del nun do"?- en qué relación se hallan la llamada e y la " analogia del ser"; qué sentido tiene el que la ana- logia de la fe" se apoya un la intuición del ser bajo la luz de la fe y si es posible que el hombre que tiene fe logre una in- tuición del ser distinta del otro que no la tiene.- Estos y o tros problemas deberían ser estudiados y v en lo posible solucio- nados, en una exposición monogretfica de la "analogia de la fe" an el Seo. Dr pero nosotros no hacemos ahora este estudio mo nogrifico, y sólo necesitamos saber en qu6 sentido la "analogia de la fe como método de razonamiento o punto Me partida del mis - mo, pudo influir en las razones teológicas que S. Buenaventura propone para explicar, en lo posible, la existencia y la natura- leza del misterio de la Trinidad Hl aspecto que para nosotros ofrece mis interés es este : en el pensador que utiliza primari ente la "analogia de la fe', todos los conceptos que han de intervenir en la sietema- tizución de la ciencia s ada, los presenta tal como san p--er- cibidos por el conocimiento inmediato que nos ofrece la fe.- Expliquemos esta afirmación. Cuando se quiere elqborar una concepción científica

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