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- 290- luntad, por una parte, es un movimiento rle trascenderle busca y entriga a algo que est$ m&s all& de nosotros; pero, como es0 exige en muy alto grado la donación de si mismo tam bien acontece que nada sent m a må a intimamente dentro de noso- tros que las cosas que amarnos , måa aun que las que conocemos. Bajo este aspecto el hombre afectiVo est& en general mAs ca- pacitado para sentir en si con claridad el doble movimiento Me inmanencia-trascendencia, de comunicaci6n viviente con el obje - to religioso, que est& en el rondo de toda religiosidad or esta razón o tal voz, S. Buenaventura, como hombre cuya forma de vida ru - damental es la"vida de amor" se nos presenta particu- larmente dispuesto para la religiosidad, e incluso se puse° de- cir sin contradicción que ambas formas de vida son fu - Aamenta- les en 61 : pensador afectivo-religioso. enaventura como pensador religioso " , cristiano". Demoa ahora un paso mks hacia la comprensión Me la ac- titud psicológica integral con que nuestro Autor desarrolla con- tinuamente au actividad teológica. Y decimos desde el principio que su"forma de vida" fundamental y natural religioso-areeti- va l ., encontr6u cauce adecuado y su expansión normal y amplísi - ma, dentro de 1:I n forma de vida cristi franciscana y an la intimidad del pensamiento religioso de S. Agustín. - Vamos a de- tenernos unos momentos en eaea uno de estos puntos , recordndo

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