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La mi ama actividad humana re e D os aMbien å encuadrada dentro del doble movimiento Me la presencian Mad íntima que da el amor y de la trascendencia que impone el temor. El mismo principio de inmenencia-trascendencia vale pa- ra explicar- en lo posible la vida divina tanto en si misma como en sus manifestaciones ad extra (17). Toda religiosidad podemos decir que estílt dominada por el afecto y los elementos volitivos en general, puesto que la religión es formalmente un acto Me la voluntad. Pero en a l gu - nos tipos de "homure religioso" enconixamob ani'o el hombre Me forma fundamental especulativa : los que piensan que la 8U prema vivencia humAna o el supremo valor se percibe por un acto intelectivo. - S. Buenaventura ha de ser calificado entre los pensadores religiosos que hacen prevalecer la voluntad como facultad captadora del valor supremo y a la que en última ins tancia, es dado captar en modo ras perfecto el Ser divino y llevar al hombre a su dlttma perfección. La religiosidad Mel Sco. Dr. es, pue3, de caracter afectivo,amoroso y voluntaris- ta. Incluso podríamos decir que esta afectividad" temperamen- tal da nuestro Autor fu 6 la mejor disposición psicológica para la religiosidad. Los hombres especulativos tienen un tipo Me inteligencia alnttioa, abstracta inteligencia pura. Y el en- tendimiento o por ser agentenatural es egoc6ntrico, tiende a la ponesi5n activa de si mismo kl "ensimismamiento". La vo- 17. Cfr. in q.1 resp.;V,58b y56a. Hex. 24;V, 6a

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