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- 198a DO este modo, en el orden ontológico, la plenitud del ser de cada cosa está en Dios, y en el oreen cognoscitivo nada es "plenanente"inteligible sino desde rios. Las cosas Graneas desde si mismas no tienen más que 1 ión y no.ser. Todo lo que tienen de realidad positiva ea el ser imit , ición del Ejemplar divino. Aplicando estos principios al alivie humana en especial dice el Sco. Dr , que la inquietud y tendenciq que el espíritu humano siente hacia Dios nace precisamente dde aquí : en cuanto el alma Me si mi. ma no es mfis que limitación, se sigue su "indigencia", au ac titud receptiva ilimitada; pero, en cuanto cpae vista desde Dios tiene allí su realidad plena, se nos ofrece con tenden- cia necesaria, metafísica y enclavada en . el ser mismo Mel alma an orden a Dios, a verificarse an plenitud lo cual an concreto no puede suceder dado el ejemplariiiho divino- sino desde Dios. Dos son los elemntos metafísicos de todo apetecer : la conveniencia entre el que apetece y lo apetecido, y al mis - mo tiempo la "indigencia" en el que apetece. Ambos elematos los ve el Boo. Dr. desde el ejemplarismo divino " por ser el ama semejanza expresa de Dios ( por eso pone conveniencia de ordenación inmediata a Dios ) Y esta conveniencia en uni de los extremos pone inclinación e indigencia y y en el otro aquitamiento y suficienola o y,como uno fuA hecho por otro s por eso se ordena a Al. Esto es lo que sucede entre el alma y Dios.

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