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de la fe como lo haoe San Buenaventura, qu4 luz nos gafa en semejante argumentación Y Be claro que ha de acudires a la virtualidad o a la "luz' de los principios de la re- zón. Y efectivamente s propiedades divinas que le sir ven a nuestro autor/nos son conocidas naturalmente, aun- que luego han de ser perfeocionadas y vistas a la luz de la revelaoión. Los mismos principios valen para probar la existencia del Dios Uno y sus atributos, y la existeo- cia del Dios Trino en personae : pues ambos predicados le convienen a Dime clon la misma necesidad y están impi oados igualmente en el concepto de mama bondad, verificado de modo infinitamJate perfecto en Dios. - ssto nos plan- tea un grave problema sobre el valor demostrativo de ta- les razonamientos, asi como sobre la conoepain que San Buenaventura tiene de las relaciones, entre el orden natu - ral y el sobrenatural : si los mismos principios llevan a conclusiones de orden natural y sobrenatural, no querri decir ello que se confunden, o al menos, no se distinguen adecuadamente ambos órdenes ? B1 problema ya fui en par- te tratado y resuelto - siguiendo los principios boaaven- turianos al hablar del valor probativo del argumento del "Libro de las oreaturas" ; pero seri preciso oo mletarlo ahora a propósito de las "razones neoesarias".