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170— neree al Santo Doctor de querer probar el misterio de la Trinidad por sola la luz natural de la razón. - Ta nos es oonocida la aftrÅnaoi6a oatearioa, sin paliativos , de que por sola la luz natural auestra razón ao puede de mostrar la existencia del misterio de la Trinidad. Por eso deciazios que el argu nto to do del vestigio y de la imagen sii,con todo rigor,argu atoo teológicos : partes de la fe, sólo puedes desarrollarse =poniendo ya cono- oido por la revelaoión el heoho de Dios es Trino en per- sonas. Las oreaturas, vistas a la luz de la razón ao se nos ofrecen en su razón formal de vestigios e imigenes de la Trinidad en cuanto tal El Mismo punto de partida hay qae para las "razones necesarias Comenzando por el Sentenciarlo pueda d se con toda claridad que existe en nuestro autor cata tenoi6a teológica" respecto a las razones necesarias. En pri r lugar l teniendo en cuenta la fadole general de la obra, minentemente teolhica. Porque el objeto for- s e- . o sujeto" de esta ciencia y doctrina que ensena en este libro es Dios en ela vida fnti o el Cristo total o lo orefble en cuanto hecho inteligible (23) Bajo cual 23 3.1prooeci., t reap.; 10b. — Brev.0.1 ap.1 Y,
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