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48 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA 18.-La misma objeción hicieron a los compañeros por ser vasallos de nuestro católico monarca; éste es fruto que consiguió el infeliz con sus cartas y siniestros informes; así habrá sido su premio, pues: Ecce parturiit injustitiam, concepit dolorem et peperit iniquitatem (49). En llegando a Roma el P. Fr. Juan Francisco, halló que corría muy voraz ·en ella el contagio de la peste y, pidiendo licencia a los superiores, se ofreció con otros religiosos a servir a los apestados. Con este tan caritativo empleo tuvieron dichoso fin sus días, sus grandes trabajos y peregrinaciones, después de infinitas leguas que anduvo por mar y por tierra con perpetuos riesgos de la vida por negociarles la eterna y bienaventurada a los del Congo y a otras naciones; y en Roma, su patria, alcanzó la corona del martirio, que no consiguió entre infieles, dándole la palma para eterno triunfo su excelente y abrasada caridad. 19.-Los cuatro religiosos que pasaron a Africa con la permisión de Por– tugal, fueron prosiguiendo su viaje; escribieron después cómo habían arribado a la isla de Santo Tomé por la gran necesidad de aquellas almas, y de allí a poco tiempo se supo cómo, volviendo dos de ellos a Lisboa a negocios tocantes al remedio espiritual de la misma isla, cogieron los holandeses el navío en que venían .y los llevaron prisioneros a Holanda, de donde, pasadas muchas calamidades, tiraron por tierra a Italia y a Roma. Los otros dos que quedaron en Santo Tomé pasaron después al reino de Huete, adonde fueron recibidos del rey y reina con grande estimación y benevolencia; comenzaron a ejercitar su ministerio con sumo fruto, mas por la interposición de las guerras de Castilla y Portugal, no pudieron ser socorridos de nuevos compañeros hasta el ajuste de las paces (SO). 20.-Estos son los resultados de la misión del Benín; de sus progresos posteriores no tenemos más noticias que las presentes, si bien se presume que con el mucho cultivo de los misioneros que después se enviaron, se habrán puesto aquellas reducciones de mejor calidad; lo cual se arguye de haber repetido a aquel reino la Sacra Congregación nuevos misioneros, que es señal de haberse comenzado a plantar la fe. Aquí se ve cumplido el vaticinio del rey profeta: Visitaba in virga iniquitates eorum et in verberibus peccata eorum. Misericordiam autem meam non dispergam ab eo, neque nocebo in veritate mea (51). Quiera Dios abran los ojos para aprovecharse de su misericordia, tan liberal, pronta y benignamente franqueada, para que así ellos como las demás naciones del mundo, todos le conozcamos, sirvamos y amemos y después le vayamos a gozar eternamente. (49) Salmo 7, 15. (50) Cfr . lo que hemos consignado en la introducción, y lo que dice el P. CA– VAZZI, O. c., 358-9, y CESINALE, O, c., 591-3. (51) Salmo 88, 33 y 34.

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