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INTRODUCCIÓN XXXIX Finalmente, por no añadir otros testimonios, consigna que de los docu– mentos que cita del P. Antonio de Trujillo, había sacado copia «a la letra de los originales que me prestó para el caso el mismo Padre Antonio de Trujillo, viviendo juntos de familia en el convento Real de El Pardo el año de 1687» (cap. XX, n. 13). Por lo que hace a la importancia de la presente relación sobre las misiones a los reinos de la reina Zinga, de Benín, Arda, Guinea y Sierra Leona, hemos de decir que, si bien es cierto que muchas de sus noticias ya las dejó consig– nadas el autor en el libro III de su obra: Vida y virtudes del Capuchino español, el Siervo de Dios Fr. Francisco de Pamplona, Madrid, 1704, sin embargo las ha completado en ésta y, particularmente, por lo que respecta a la de Guinea y Sierra Leona, no sólo las ha completado, sino que las ha aumen– tado hasta el punto de que casi puede decirse que viene a resultar una obra enteramente nueva y del todo distinta. A fo que el P. Mateo de Anguiano nos ha dejado original y manuscrito que, según ya indicamos, transcribimos con toda fidelidad en el texto, hemos añadido, según dijimos al principio, las notas oportunas, que unas veces corrigen fechas no tan exactas, otras añaden noticias de interés que sirven de comple– mento a lo que el autor escribe, y siempre ilustran al menos el texto, como podrá comprobar el lector. A todo lo ya expuesto hemos añadido esta introducción, en la que se ha procurado dar de cada una de dichas misiones la historia breve de ellas y el desarrollo sucesivo que han tenido, añadiendo no pocos documentos, tomados principalmente del Archivo de Propaganda Fide, que en manera alguna pudieron ser conocidos por el P. Anguiano. Además: para que más claramente se pueda seguir el hilo de los acontecimientos, no nos hemos ceñido en esta introducción, a cuanto hicieron los Capuchinos españoles en las misiones cita– das, como lo hace casi exclusivamente el P. Anguiano, sino que también hemos añadido algo de lo que en ellas trabajaron otros Capuchinos extran– jeros. Así queda más patente cómo comenzaron esas misiones y cómo termi– naron desgraciadamente por las causas que asimismo se indican. FR. BUENAVENTURA DE CARROCERA, O. F. M. Cap.