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INTRODUCCIÓN XXXIII comunicar a la Congregación el envío inmediato de ocho Padres (103). Estos partieron de Cádiz a fines de 1664, dirigiéndose de inmediato a Canarias, donde esperaron embarcación para Sierra Leona; hasta el verano no pudieron partir, haciendo el viaje en un barco inglés de guerra, llegando a su destino el 29 de septiembre de 1665. Al poco tiempo de su arribo fallecía el P. Agustín de Ronda; varios de los recién venidos cayeron gravemente enfermos, otros murieron luego y dos de los supervivientes, los Padres Teodoro de Bruselas y Basilio de Cabra, decidían volverse a la Provincia en junio de 1666 (104). Ante tales contratiempos el P. Provincial de Andalucía decidió abandonar la misión; así se lo comunicaba en 1667 a la Congregación de Propaganda Fide (105), la cual, por el contrario, le animaba a proseguirla, enviando al efecto distintas cartas a él y al Nuncio (106) y remitiéndole además el título de Prefecto de la misión de Sierra Leona al siguiente año 1668 (107). A pesar de todo no fueron enviados más misioneros, quedando solamente alli el P. Pablo Jerónimo de Fregenal, llegado también en 1665, quien emuló verdaderamente las hazañas de sus predecesores, los PP. Serafín y Jimena, recogiendo el fruto de lo por ellos sembrado y trabajado (108). De todo fué dando cuenta a la Provincia, suplicando al mismo tiempo el envío de otros misioneros. Al ver . que no llegaban, sintiéndose gravemente enfermo, medio ciego e imposibilitado para proseguir sus trabajos ministeriales y apostólicos, decidió volver a su Provincia (109). Se embarcó en un navío inglés, arribando a Londres y de aquí a Bruselas, a donde llegaba a fines de octubre de 1671 (110). Obtenida luego la obediencia de su Superior Provincial, se dirigió por mar a Cádiz, arribando a esta ciudad el primer domingo de Cuaresma de 1672, dando cuenta a los Superiores de la necesidad de enviar nuevos operarios (111). Cuando el P. Fregenal estuvo en Bruselas, manifestó sus deseos de que la misión corriese a cargo de Capuchinos flamencos, ya que éstos tenían más (103) Carta del P. Provinci.al Alejandro de Granada (APF, SA, v. 253, f. SO). (104) Carta del P. José de Carabantes (Sevilla, 4 de agosto de 1667) y comuni– cación del P. Francisco de Jerez a la Congregación (1667). lbid., ff. 56 y 54. Sin embargo, decididos a volver a España, los PP. Teodoro de Bruselas y Basilio de Cabra no quisieron hacerlo sin traerse consigo los restos de los PP. Serafín de León y An– tonio de Jimena, no pudiendo hacerlo por no haber podido localizar el sitio donde fueron enterrados (Cfr. N. CoRDUBENSIS, o. c., 82). Vueltos dichos Padres a la patria, escribieron una relación de cuanto les había pasado (Sevilla, 5 de enero de 1670), que enviaron a la Congregación (APF, SA, v. 243, ff. 12, 127). (105) Comunicación citada del P. Jerez. (106) Cartas del 12 de noviembre de 1667, ibid. (107) Carta del P. Jerez a la Congregación (24 de noviembre de 1668, ibid., f. 58). (108) Cfr. Carta del P. Fregenal al Internuncio de Bruselas (28 de octubre de 1671) y del Internuncio a la Congregación (27 de septiembre de 1672) (APF, SR, v. 435, f. 431, y v. 438, f. 43) y del 19 de noviembre de 1671 (ibid., v. 435, f. 421 ss.). (109) Carta citada del P. Fregenal. (110} lbid. (111) Carta del P. Provincial a la Congregación (ibid., v. 435, f. 421).

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