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APÉNDICE CUARTO DOCUMENTOS RELATIVOS A LA MISION DE GUINEA A) «Verdadera relación del bven svcesso, y acierto, qve ha tenido la Mi– ssion de las Padres Capvchinos de esta Provincia del Andaluzia, que fueron a los Reynos de Guinea el año passado de 1647 a la conuersion de los infieles. Refiérense también cosas admirables de aquellas Provincias. Sacado de la carta que escriuio el R. P. Gaspar de Seuilla, al R. P. Fray Fulgencio de Granada, Prouincial desta Prouincia.» «Padre Provincial: Habiendo partido nuestra misión de este puerto de Sanlúcar de Barrameda a 7 de diciembre del año pasado de 1646, en la fragata que se dispuso al efecto, llegamos al puerto de Alé a 23 del dicho mes y saltaron en tierra algunos de los Padres Misionarios la vigilia de Navidad y hallaron algunos cristianos que no se habían confesado en muchos años ni bautizado sus hijos, y el día de Navidad pusimos altar y les dijeron muchas misas y confesaron y comulgaron algunos, y viendo que la tierra era buena y saludable y que tenía la cercanía de Joala por una parte y del Arrecife por otra, donde hay cantidad de cristianos sin sacerdotes y sin algún socorro espi– ritual, aunque de los negros naturales y de los tres reyes de dichos puertos hay pocas esperanzas de reducción. Pareció a todos quedase allí un tercio de la misión y así les cupo al P. Fr. Serafín de León, al P. Fr. Francisco de Vallecas, al P. Fr. Diego de Guadalcanal y al Hermano Fr. Alonso de Vélez y se les dió la parte de ornamentos que les tocaba y otras cosas necesarias, y nos despedimos el mismo día de Navidad en la tarde, y el siguiente del glorioso San Esteban nos hicimos a la vela, y a 29 del dicho mes llegamos a dar fondo en este río de Gambia, en un puerto que llaman Jelufer, cerca de un navío holandés de buen porte, que estaba junto a una isleta, que llaman de San Andrés, el cual nos hizo salva y se le respondió, y estaríamos allí más de 10 días esperando la palabra del rey de dicho puerto y vino su alcaide a reco– nocer el navío y lo que traía, y pidió al capitán de parte del rey volviese a la boca del río a otro puerto que llaman de la Barra, de donde se intitula el rey, por hallarse él de allí más cerca. » Y en este tiempo de diez o doce días consultamos lo que debíamos hacer y hallando en todos los puertos algunos cristianos blancos y la mayor parte mulatos, que llaman criollos, y otros negros, sin tener de cristianos más del agua del bautismo, porque viven como bárbaros, y que toda esta tierra y la que toca a la misión es del obispo de Cabo Verde y que cada cuatro o cinco años viene un Visitador y baptiza a algunos sin solemnidad y muy de prisa.

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