BCCCAP00000000000000000000226

D) Instrucciones de Felipe IV al Prefecto P. Luis Antonio de Salamanca. «El Rey.-Fr. Luis Antonio de Salamanca, Religioso Capuchino y Prefecto de los religiosos de la misma Orden, que ahora envío a la misión de Arda. »Ya sabéis las propuestas que por Bans, que después que recibió el sagrado bautismo se llamó don Felipe Zapata, se me hicieron en nombre del Príncipe de Arda en orden a enviarle ministros del sagrado Evangelio, que prediquen y enseñen en aquellas partes nuestra santa fe católica, y establecer trato y comercio de sus tierras con mis reinos y señoríos. Y porque esta propuesta fué de particular agrado y estimación mía por ser mi mayor deseo la dilatación del sagrado Evangelio, para cuyo efecto estaré siempre con la prontitud que debo, resolví enviaros a esta misión del reino de Arda en compañía del dicho don Felipe con los otros religiosos que van en vuestra compañía, de cuya llegada a aquellas partes espero ha de resultar gran fruto en ellas en servicio de Dios y aumento de nuestra santa fe católica. »Además de tener µor cierto de vuestra religión y virtud que en ella se profesa y de la atención con que fué elegida vuestra 'persona y de los demás religiosos que van en vuestra compañía, que cumpliréis en todo lo que tocare a vuestra misión y obligaciones, como conviene al servicio de Dios, y de que juntamente iréis bien instruídos y con todas las advertencias necesarias, me pareció daros la instrucción siguiente de que usaréis o el religioso que por vuestra falta sucediere en el cargo que lleváis, y a los demás religiosos que os acompañaren y en lo de adelante fueren a Arda. »Y porque mejor se consiga el intento con que os envío a aquellas partes juntamente con los despachos que lleváis de la Sacra Congregación de Propa– ganda Fide, es mi voluntad concederos toda la jurisdicción eclesiástica y espiritual que os puedo conceder para esta misión en virtud de las Bulas Apostólicas que los Sumos Pontífices tienen concedido a los señores reyes de · Portugal, mis predecesores, en cuya demarcación está el reino de Arda, y lo mismo os concedo como gobernador y perpetuo administrador que soy de la Orden de nuestro Señor Jesucristo por autoridad apostólica. »Encárgoos mucho que procuréis que don Felipe Zapata, así en el camino de la tierra como en la navegación, sea bien tratado y asistido de todos, para que a este respecto os traten a vos y vuestros compañeros en su tierra, pues que el dicho don Felipe ha de ser la mayor parte con su rey, así por el conoci– miento que ya lleva de nuestra religión católica y policía de mis reinos, como por ser el principal instrumento de esta misión. »Tendréis particular cuidado de hacer y enviarme muy menuda relación de todo ·el discurso de vuestro viaje, de los sucesos de él, de los puertos a que llegáredes, costumbres y religión de todas las naciones de negros a que aportáredes, si acaso vuestro viaje por los temporales no fuere derechamente al puerto y reino de Arda, procurando que lo sea por los muchos peligros que pueden resultar de llegar a puertos que no estén en mi obediencia, o sean

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz