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XXVI MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA por un exagerado patriotismo y no viendo en cada uno de los m1S1oneros castellanos o españoles sino un enemigo declarado de Portugal, creyendo por otra parte que con ello prestaban un gran servicio a su rey, dieron al traste con los buenos deseos de no pocos religiosos y a su vez con los proyectos de Propaganda Fide. El domingo 20 de enero llegaban a Cacheo el P. Prefecto, Manuel de Gra– nada, y el P. José de Lisboa, junto con el Hno. lego Fr. Miguel de Granada. Iban con el fin de presentarse a la autoridad eclesiástica y exhibir sus creden– ciales de misioneros. Cacheo, como el resto de la costa de Guinea, dependía del obispo de Cabo Verde, pero entonces estaba la sede vacante, y justamente se encontraba en Cacheo, como Visitador general, el Arcediano de Santiago de Cabo Verde, Diego Furtado de Mendon~a, que juntamente tenía el gobierno de la diócesis. Este, sin hacer caso de los documentos que llevaban, en los que se hacía constar la finalidad de su ida, la conversión de aquellas gentes, les mandó entregar al capitán Gonzalo de Gamboa, como persona de con– fianza (80). Reunidos los tres religiosos y el Visitador en casa del citado Gam– boa, «después de muchas razones y argumentos de parte a parte, se resolvió que ellos (los capuchinos) no podían venir a estas partes sino por vía de Portugal y con licencia de S. M., y pedí al dicho Visitador -escribe el propio Gamboa– los quisiese tener en su casa detenidos mientras preparaba embarcación para remitirlos a la Isla de Santiago, y que juntamente mandase pasar excomunión para que dichos frailes no administrasen sacramentos ni ninguna persona les admita ni ninguno trate ni contrate, así como los demás que habían ido en dichas embarcaciones» (81). Así lo hizo, en efecto, Gamboa poco después, remitiendo a los tres mencio– nados religiosos en un navío de Cacheo a Cabo Verde, adonde llegaron el 12 de marzo. El día 15 se tuvo en Cabo Verde una junta para determinar lo que convenía hacer de aquellos tres capuchinos, acordando remitirlos al rey en una carabela (82). Así lo hace constar también el Cabildo de Santiago de Cabo Verde escribiendo al rey, manifestándole cómo dichos religiosos habían llegad') (80) Carta del Canóni go Visitador Diego Furtado de Mendom;a , Cacheo, 24 de febrero de 1647 (AHU, Papéis avulsos, Cabo Verde , cap . 1647). En esta carta dice tenía el temor de que estos religiosos levantasen la gente de allí, por lo cual pide al rey socorro de hombres, como lo consigna asimismo el propio capitán Gamboa. (81) Carta del Capitán mayor de Cacheo, Gonzalo de Gamboa y Ayala (Cach eo, 25 de febrero de ·1647), dirigida al rey (AHU, Guinea, Pap. av., Cabo Verde (1614-1647), capilha «~ i,rt # ;·de capitao mor de Cacheo, Gonzalo de Gamboa de Ayala, e sub-c a– pilha 25' 4.~i fi l\ de 1647»). (82) Cª,f0.r,,~e Manuel Paes de Aragón (Ribeira Grande , 16 de marzo de 16'!-7), dirigida igualn:feµte al rey (AHU, Pap. av., Cabo Verde, 1647). EF1 ella dice también que el capitán d¡imboa pedía con fecha 15 de marzo desde Cacheo socorro de 50 hombres para ayudar a expulsar dos naves castellanas que estaban en Gambia : las que justamente habían llevado a los misioneros.
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